jueves, 9 de mayo de 2013

Paseo triunfal


Su apabullante superioridad le provocó una cierta desilusión. Después de todo nadie había opuesto siquiera una simbólica protesta y, hasta el último de ellos asistía postrado a su desfile con gesto y maneras inalterados.

Había admirado la gloria de otros con el ansia casi enfermiza de saborear algún día aquel mismo éxtasis. Había anticipado alabanzas, vítores y ofrendas; silencio tal vez, mas respetuoso y solemne; y si no, miedo, rabia, odio al menos con que saberse reconocido por cuanto, a sus órdenes, se había conquistado. Nunca la indiferencia eterna de millares de ojos secos que ni siquiera le clavaron una mirada de desprecio mientras le abrían paso entre montones de cadáveres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario