Tan
improbable como parecía, la realidad se tornó previsible y a la vez
sorprendente, dotada de una capacidad inusitada para zarandearle sin reparos y
no causarle la más mínima ansiedad. No supo si fue él o algo alrededor, pero,
siendo todo igual, resultaba tan diferente, que el porvenir empezó a quedarse
antes de tiempo y lo que ya fue, a dotar a cada instante preciso de un
significado inesperado y mucho más lógico.
Fue
como si, en la calma exasperante de los últimos tiempos estuviera asistiendo a
la cuidadosa gestación de una existencia mucho más reconfortante y merecida, en
la que a cada pena acompañaba su consuelo, a cada duda su certeza y a cada
ansia su quietud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario