lunes, 16 de diciembre de 2013

Una brizna de invierno

Acechó con paciencia al blanco cielo,
aguardó de las nubes un descuido
y se fugó, fingiendo estar dormido,
mecido por un viento gris de hielo.

Mil luces le guiaron desde el suelo
brillando en este valle del olvido;
mil sombras se apartaron y un gemido
de noche joven agitó su vuelo.

Miró la Navidad por las ventanas;
sonrisas de turrón, paz de salones,
abetos, bolas, reyes y campanas,
susurros, carcajadas y canciones.

Flotó un instante más (piruetas vanas
de estrella helada) entre los balcones.

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