Ha caído la tarde sorprendida,
emponzoñada de terror cercano;
ha suspirado “muerte” un viento
arcano
(polizón de tranquila anochecida).
Ha susurrado el grito en carne
herida,
ha resonado el llanto de un
anciano,
el silencio de un niño sin su hermano
ha tronado de rabia estremecida.
Sólo quedan memorias olvidadas
en salones cerrados y desiertos,
espejos de reflejos tan inciertos
como el falso callar de
madrugadas
que repiten las voces de los
muertos
(“yo, ¿qué hago aquí?”) pueriles
y aterradas.
Hola soy Lucia del blog " Sintiendo en la piel " y vengo a conocer tu blog y a disfrutar de tus bellas entradas.
ResponderEliminarEste poema compromete, no se puede dejar de sentir...en la piel y en el Alma.
Saludos, seguro que vuelvo.
Un placer contarte entre mis lectores. Yo también visité tu blog y al primer vistazo ya me resultó merecedor de seguirlo de cerca. Un saludo.
EliminarEstimado Felix, comienzo a seguir tu blog con interés. Te dejo también el blog que te comenté de Enrique García Maiquez, también fantástico, http://egmaiquez.blogspot.co.uk/
ResponderEliminar@FelipeGarrido20
Muchas gracias, Felipe. Ya lo visité y de un primer vistazo me pareció tan interesante como dijiste. Un abrazo y hasta pronto.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Muy bonita poema!
ResponderEliminarMuchas gracias.
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