Camino. Siento cada paso lento
posarse en el sendero que me
guía,
mis rodillas ligeras todavía,
la espalda recta, rítmico el
aliento.
Percibo cada aroma en cada
viento,
cada rayo de sol del mediodía,
el ruido y el silencio en
armonía,
cada punto de luz del firmamento.
Lo veo todo sin mirar a nada,
detengo mil palabras en mi mente;
la realidad se torna coherente,
perfecta, irracional, armonizada
y me arrebata de pasión calmada,
de exigua plenitud
intrascendente.
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