Acechó con paciencia al blanco
cielo,
aguardó de las nubes un descuido
y se fugó, fingiendo estar
dormido,
mecido por un viento gris de
hielo.
Mil luces le guiaron desde el
suelo
brillando en este valle del
olvido;
mil sombras se apartaron y un
gemido
de noche joven agitó su vuelo.
Miró la Navidad por las ventanas;
sonrisas de turrón, paz de
salones,
abetos, bolas, reyes y campanas,
susurros, carcajadas y canciones.
Flotó un instante más (piruetas
vanas
de estrella helada) entre los
balcones.
MUY EMOTIVA!
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarMe ha gustado mucho Felix, enhorabuena!
ResponderEliminarGracias, Felipe.
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