viernes, 19 de febrero de 2016
Primeras señales
A medio camino entre la apatía y un entusiasmo forzado, el día se deliza parsimonioso acariciándome las sienes con inquietante insistencia que apunta maneras de cefalea incipiente. Jueves que saben a viernes, viernes que parecen lunes; mañanas remolonas forzando tardes espigadas que empiezan a madurar. La magnitud del proceso eterno, invariable, resulta abrumadora en los pequeños detalles; insignificantes vestigios de la gloria que renace, elevándonos al rango de lo infinito.
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