martes, 12 de junio de 2018

El ángel y el hada

Lo había presentido en las sombras de su cuarto la noche anterior, una mezcla de recuerdos y de dudas a punto de materializarse en un rostro apenas familiar pero dolorosamente cercano. Hubiera esperado una mirada crítica, tal vez irritada, un lamento, una protesta. Pero en nada se había manifestado y con la luz de la mañana comprendió que nada había de temer, que la frontera que les separaba era en realidad el vínculo que les unía; un soplo de paz susurrado por las copas de los árboles moldeando las alas majestuosas de lo que ya era y la esencia infantil de lo que fue.


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