miércoles, 4 de enero de 2017

Esperando a los Reyes

Superado el primer sofocón del año sin más pena ni más gloria que aquellas de mi infancia aguantándome las nauseas frente al tazón pálido de Colacao y de camino de vuelta al cole tras las vacaciones de Navidad, me detengo y respiro hondo.

Apenas se intuye una paz artificial que ha de durar el resto de la jornada, hasta el próximo zafarrancho de combate, pero a mí me invade el alivio del trámite cumplido y regreso a ese mítico momento que empezó hace cuatro días y no terminará hasta el seis de enero. Este impasse de fechas que se agotan y se alargan hacia el éxtasis del premio merecido. Me resisto a claudicar de esta manera y me convenzo de que aún sigo de asueto. Como habré de estarlo mañana pese a despertadores, atascos y pamplinas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario