viernes, 6 de julio de 2012

Perspectivas


Asomó la cabeza y se encontró inmersa en un paisaje acogedor, rodeada de abigarradas colinas y valles repletos de chiquillos entretenidos en revolver por todas partes. Descubrió con placer que el lugar era propicio para asentarse y prosperar, que todo alrededor era abundancia y seguridad. En absoluto le importunaron las nubes negras que ocultaban un sol de justicia, ni el ruido ensordecedor de motores cercanos; allí había nacido y allí habría de quedarse para siempre.

Uno de los chavales se acercó, arrastrando una bolsa a medio llenar. La rata se ocultó cauta y, magnánima, permitió que le arrancara un pedacito de miseria al paraíso terrenal que compartían.

No hay comentarios:

Publicar un comentario