Estáis
aquí.
Puedo
veros revelados en las piedras
que conservan
del invierno la humedad.
Os siento
cerca, serenos, silenciosos;
ocupando
el frío oscuro de los arcos,
asomados
en escudos y ventanas
hacia
el lento deslizarse de la noche,
calle abajo,
acariciando la ciudad.
Sois aquellos,
los que
limpian las estrellas
que iluminan
mi memoria.
Sois los
mismos
que quedaron
congelados,
vigilantes
de mis sueños,
testigos
de buen fiar
que recuérdanme
al oído
aquello
que ya olvidé.
Los que
velan mis ausencias.
Sois los
magos
que aparecen
por encanto,
que me
leen el pensamiento,
que todo
saben de mí.
Creo que
os conozco a todos.
Estáis aquí, sois los mismos;
sois aquellos,
mis
amigos.
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