martes, 27 de marzo de 2012

Refrescando memorias al calor de tres días gloriosos

Casi había olvidado ya el ruido del tráfico con la ventanilla bajada, la inofensiva violencia del aire tibio atravesando el coche de parte a parte, el olor cambiante de los atascos, los campos y las meriendas recalentándose en el maletero. Apenas recordaba el sudor pegajoso adhiriéndome a los asientos de plástico, la omnipresente trasera de un camión en el parabrisas salpicado de bichos espachurrados; el sueño que se despeja con las ganas de hacer pis, las canciones intuidas tras las interferencias de la radio, el desfile de llanuras y montañas, de pinares y naranjos, de toros de chapa y gordos neumáticos, de nombres míticos añorados por un año (“Puente de los Franceses”, “Motilla del Palancar”, “Novelda”…), justo antes de la que siempre pareció primera visión de aquel azul distinto, desprendido del cielo como una merecida recompensa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario