jueves, 15 de diciembre de 2011

Delirio de certeza

Hoy he tenido que inventarme varias veces para poder escabullirme de los lazos pegajosos de un día hipócrita y traidor. He habido de imaginarme cosas que no eran y dejar que sucedieran de verdad, ignorando la agorera insistencia de una realidad que sólo hasta cierto punto lo es (en la medida que yo empiece a darle crédito). He conseguido de esta forma percibir los detalles más recónditos, iluminar los brillos más oscuros y amplificar los sonidos más callados de aquello que nos rodea, hasta convertirlo en algo mucho menos inquietante e infinitamente más seguro. He logrado desenmascararme y por momentos he disfrutado de la gloria universal que comparto con vosotros, en un delirio de certeza que acabará por sanarnos a todos.

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